Con la tecnología, el blockchain y el interés por la simplificación y seguridad en los procesos, se ha dado paso a un concepto denominado Smart Contract, un mecanismo con el que se asegura la ausencia de intermediarios involucrando los respectivos pros y contras.
De esta manera, los denominados contratos inteligentes llegaron para revolucionar las distintas transacciones financieras, así como para dejar un poco de lado, aquel sistema tradicional que se aleja por completo de ejecuciones automatizadas y que insiste en la costumbre de involucrar la participación de terceros para que algo se concrete.
Características principales de los Smart Contracts
Al momento de pretender sugerir una definición para Smart Contract, es válido plantear que se trata ni más ni menos que de un programa informático constituido por relaciones contractuales amparadas por las bondades de la cadena de bloques y el lenguaje informático, lo que facilita que se ejecuten por sí mismas.
En efecto, es en estos acuerdos que se definen las reglas de juego y el que, pese a cualquier dificultad, se cumplan.
Respecto a las características más destacables, aparecen:
- Son inmutables: no existe manera alguna de que las partes puedan modificarlos, tanto el contenido como la ejecución adquieren la particularidad de ser inalterables.
- Automatización: el código informático existente es el encargado de que todo se cumpla de manera automática.
- Simplificación de procesos: las acciones que llevan a cabo los contratos inteligentes abrevian los procesos repetitivos y de paso, permiten un poco de ahorro económico.
Ventajas y desventajas de los Contratos Inteligentes
Entre los puntos positivos de los Smart Contracts, se distinguen las muchas opciones de campos de aplicación, es así como pueden ser ocupados en acuerdos de financiación, primas de seguros, procesos legales, compra y venta de activos digitales, distribución de mercancía e incluso, como aval de la administración de un capital.
Por otra parte, el objetivo de prevenir el fraude se cumple de manera satisfactoria, lo que, en definitiva, es un pro de mucho peso al momento de considerar darles una oportunidad.
La precisión de los datos, la velocidad de la gestión y el ahorro en la inversión de recursos conforman otras singularidades dignas de destacarse.
Pasando a la parte menos atractiva de los contratos de esta índole, el hecho de que no cuenten con los procesos regulatorios que algunos entienden como trascendentes, es algo que muchos interpretan como un factor que fácilmente puede volverse en contra.
De otro lado, la falta de procesos estandarizados a veces puede llegar a crear cierta sensación de complejidad que termina por lograr que los usuarios puedan abstenerse de su uso.
Pese a todo lo mencionado anteriormente, lo que no se puede ignorar es la gran popularidad que han cosechado, la misma que les ha servido para que personas que antes eran totalmente ajenas a estos temas experimentaran un poco.
Finalmente, en medio de una realidad dominada por lo digital, sostener relaciones comerciales empleando esta clase de herramientas seguramente se volverá cada vez más cotidiano, pues equivalen a ese paso requerido para no quedarse atrás.
