El Partido Socialista Obrero Español (PSOE), de boca del actual presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, ha mostrado su intención de impulsar la creación de una criptomoneda pública emitida por el Banco de España.
En el proyecto no de ley que ha sido enviado por el PSOE y presentada en el Congreso de los Diputados, impulsa la evaluación de la posibilidad de crear una moneda digital de banco central, es decir, una CBDC. Esta moneda se encontraría vinculada al precio del euro, y se convertiría en la primera de su tipo en Europa.
A nivel mundial, nos encontramos con que las Islas Bahamas han sido las primeras en lanzar su propia CBDC, con el Sand Dollar, una criptomoneda que ya fue lanzada en 2020; y la segunda nación en lanzarlo será China, que se encuentra avanzada en su yuan digital, moneda digital que está previsto que vea la luz de cara a los Juegos Olímpicos de Invierno de 2022.
De hecho, el Banco Central Europeo tiene un proyecto para la implementación del euro digital como CBDC. De hecho, esto es lo que hace que sorprenda la iniciativa presentada por el PSOE; y es que habría que ver cómo podría encajar una CBDC propia española con el euro digital. No obstante, en cuanto a este último, no se espera que pueda ver la luz hasta dentro de tres o cuatro años.
De acuerdo a diferentes estudios realizados a nivel internacional, la criptomoneda de Bahamas es la más avanzada del mundo, sobre todo por su gran disponibilidad para el público.
Estabilidad e inclusión financiera
Los motivos por los cuales ha logrado tal calificación es que está basado en la estabilidad financiera. España, con esta medida, buscaría que se “recupere el carácter del dinero como bien público y bajo control democrático”.
De igual forma, hay que tener en cuenta otros motivos, como el hecho de poder disfrutar de una oferta de alternativa pública que haga frente a las nuevas formas de pago digitales; y es que muchas de estas escapan a la regulación bancaria.
En este sentido, la propuesta del PSOE asegura que la creación de una CBDC lograría facilitar la inclusión financiera de determinados sectores sociales, que en la actualidad no cuentan con este servicio; y también supondría una solución frente al declive en el uso del dinero en efectivo.
Para diferenciar esta criptomoneda pública de las privadas como Bitcoin, los legisladores españoles recalcan la importancia de la eleva volatilidad de la cotización de estas últimas; y además también valorar el importante impacto ambiental que tienen derivada de la minería.
Con respecto a este último punto, se insiste en que la minería de criptomonedas provoca daños al medio ambiente. Sin embargo, esto no coincide con lo asegurado por parte de los principales responsables de este sector, que aseguran que la minería promueve la utilización de energías renovables.
Además, a estos problemas se les añadiría un tercero, haciendo referencia al anonimato que permiten las criptomonedas; y que hacen que se puedan utilizar en actividades ilícitas y con fines de evasión fiscal. El diseño de las CBDC prevé un anonimato que se va reduciendo a medida que las transacciones aumentan en cuantía.
El Banco de España estudia de esta manera en lanzar su propia CBDC; y también otros organismos del Estado español se han posicionado en el mismo sentido para tratar de adoptar la tecnología blockchain. Con ella se conseguiría disfrutar de una mayor eficiencia en sus tareas; y de hecho ya hay algunos ámbitos que están recurriendo a ella para desarrollar nuevos proyectos, como es el caso del Ministerio de Economía para procesar operaciones bursátiles.
