El gran atractivo del sector de las criptomonedas y los nuevos servicios financieros logra conquistar a cada vez un mayor número de personas, que se sienten atraídos por ellos. Sin embargo, también hace lo propio con los ciberdelincuentes. En lo que va del presente año 2021, las pérdidas por robo y fraude de Financias descentralizadas (DeFi), contratos financieros basados en blockchain, superan los 12.000 millones de dólares.
Las DeFi son productos que se usan bajo la tecnología blockchain con la finalidad de replicar los servicios financieros tradicionales; y que no cuentan con la participación de ningún intermediario. Como suele ocurrir en el caso de la industria de las criptomonedas, no se encuentran regulados. Su popularidad ha crecido rápidamente en los dos últimos años, como demuestra la cantidad total de dinero depositado en servicios de DeFi, que ha pasado de 500 millones de dólares a casi 250.000 millones.
El problema es que con esta ausencia de regulación se consigue hacer que crezca el fraude y el robo. De acuerdo a un informe reciente, el total de pérdidas por estos ataques delictivos ha superado los 12.000 millones de dólares en lo que va de 2021. De ellos, 10.500 millones de dólares son resultado de fraudes y hurtos; y esto supone una cifra que es hasta siete veces superior a la que se registró el pasado año 2020.
De hecho, a mediados del pasado año, tuvo lugar el mayor robo de criptomonedas de la historia. Unos ciberdelincuentes aprovecharon una vulnerabilidad en la plataforma Poly Network y se llevaron 600 millones de dólares. Poco tiempo más tarde los delincuentes devolvieron el dinero sustraído, pero dejaron en evidencia los fallos del sistema de esta plataforma que busca la conexión de distintas blockchains para que trabajen juntas.
Este crecimiento ha hecho que se haya activado la alerta en los reguladores internacionales; y por ello son varios los que han empezado a tratar de avanzar en este sentido.
Servicios NBPL, en la mira de los delincuentes
Otro de los servicios financieros que ha logrado convertirse en un objetivo de los ciberdelincuentes son los servicios BNPL, que corresponde con las siglas Buy Now Pay Later (“compre ahora y pague después”, en español). Solo en el pasado año 2020, esta modalidad llegó a generar casi 100.000 millones de dólares en transacciones a nivel mundial; y se prevé que llegue a alcanzar los 680.000 millones de dólares en el año 2025.
El éxito de los productos BNPL entre los consumidores tiene que ver en gran parte por las diferentes opciones de pago flexibles que ofrecen para las compras de los usuarios; y para los ciberdelincuentes, el atractivo radica en que las fintech no tienen los controles que los grandes bancos y las compañías de tarjetas de crédito. Por otro lado, la verificación de los datos de los nuevos clientes es compleja, lo que permite el robo de identidad.
Otro de los motivos de su éxito entre los ciberdelincuentes es que su propia popularidad les sirve para resguardarse y los puede ocultar entre tanta gente solicitando créditos. Aprovechándose de las debilidades de los servicios BNPL, los delincuentes solo pagan la primera cuota y consigues a precios muy reducidos todo tipo de artículos, desde comida hasta electrodomésticos o productos de tecnología.
Estos ciberdelincuentes logran aprovechar, especialmente, las temporadas de compras navideñas o fechas señaladas; y es que son un escenario perfecto para incrementar este tipo de robos. En este sentido, los reguladores están muy preocupados por el rápido crecimiento de este sector; y en Reino Unido incluso se ha puesto en funcionamiento una consulta para determinar los pasos a seguir para que estos productos se encuentren supervisados por los reguladores. El sector está dispuesto a una regulación, siempre que sea proporcionada.
