A propósito de las recientes declaraciones del acaudalado Stanley Druckenmiller, en las que señala que Bitcoin tiene el potencial para funcionar mejor que el oro, se ha despertado una polémica de nunca acabar en la que se busca determinar cuál de estos activos resulta ser el más viable.
Stanley Freeman Druckenmiller es un inversor estadounidense, administrador de fondos de cobertura y filántropo, que de hecho cuenta con una trayectoria importante. Puesto que sus declaraciones suelen tener impacto, el que haya mencionado que, pese a que ha invertido más en oro que en criptomonedas el BTC no deja de tener la capacidad de almacenar valor a futuro, es algo que llama fuertemente la atención.
La apuesta de Bitcoin frente al oro
Mientras que el primero corresponde a un activo virtual, el segundo se mantiene como ese activo físico y tradicional, que por excelencia es el favorito de cientos de inversores. No es simple configurar una comparativa entre ambos dadas estas condiciones, pero sí puede decirse que se trata de fuertes contendientes en el mundo financiero.
El multimillonario Druckenmiller ha dicho entre otras cosas lo siguiente:
“Tengo muchas más inversiones en oro que Bitcoin. Pero, francamente, si la apuesta de oro funciona, la apuesta de Bitcoin probablemente funcionará mejor porque es más liviana, menos líquida y tiene mucha más beta”.
Asimismo, y sin revelar con exactitud cuánto tiene en BTC ha dicho que “Bitcoin podría ser una clase de activo que tiene mucho atractivo como depósito de valor tanto para los millennials como para el nuevo dinero de la costa oeste, y, como saben, obtuvieron mucho”, dijo el multimillonario. “Durante 13 años y cada día que pasa recupera más su estabilización como marca”.
¿Hay posibilidad de que el BTC reemplace el oro?
Mientras el metal es interpretado como un refugio sólido y seguro, una criptomoneda como el BTC no puede liberarse de su esencia volátil, la cual, si bien le permite dejar altos dividendos, igualmente la hace propensa a fuertes caídas.
El ser una moneda virtual, permite que el Bitcoin sea divisible y programable, mientras que el oro implica limitaciones e inconvenientes de accesibilidad. Lo instantáneo de las transacciones con la criptodivisa, al igual que las bajas comisiones y el no tener que ocuparse de su almacenamiento, son otros factores claves para tener presentes.
En medio de lo que se describe como una generación digital, la verdad es que la inclinación se encuentra dada, justamente a lo que representa facilidad, oportunidad y rentabilidad. Por supuesto, seria demasiado irresponsable aventurarse a decir que el BTC puede imponerse sobre el oro, pero lo que, si está claro, es que ese potencial que muchos le reconocen puede llegar a suministrarle mucho más poderío que el que al día de hoy revela.
El oro es conocido por su liquidez y esto precisamente, es uno de los obstáculos que pueden reconocerse en la moneda digital, debido a que no se cuenta con cantidad infinitas para comercializar. Quienes le huyen al riesgo, quizás van a encontrar en el oro un activo mucho más prometedor.
