La creación del euro digital podría suponer el impulso a nivel internacional de la moneda de la Unión Europea para facilitar el uso de la misma tanto para realizar pagos como para ahorrar. Así se ha podido ver a raíz del informe que ha emitido el Banco Central Europeo (BCE) en su documento emitido el pasado 2 de junio, en el cual se refiere a una sección llamada “Moneda digital del banco central y moneda global”.
Este informe, que se encuentra firmado por la presidenta del BCE, Christine Lagarde, establece diferentes escenarios en los que la necesidad de emitir un euro digital puede llegar a ser de gran importancia. En el texto se subraya que el atractivo de estas monedas depende de las fuerzas económicas fundamentales; y considera que resulta poco probable que se alteren como consecuencia de la digitalización.
Estos factores determinantes incluyen el tamaño de la economía emisora en términos de comercio y finanzas mundiales, además de la solidez de las políticas económicas; la profundidad de los mercados financieros y su liquidez; y también la inercia del uso de la moneda internacional.
No obstante, según el Banco Central Europeo, algunas características pueden facilitar la adopción internacional de una moneda digital. Esto viene dado por la seguridad; unos costos de transacción bajos; efectos de agrupación de servicios complementarios; y esto hace que se ocasionen economías de alcance y beneficios de conveniencia.
En lo que respecta a la seguridad, se asegura que el euro digital ayudará a hacer frente a los riesgos asociados a las formas de pago tradicionales en las transacciones transfronterizas de bienes y servicios. Entre los riesgos mencionados se encuentran los riesgos de contraparte en las relaciones de corresponsalía bancaria.
De acuerdo al informe, estas características se pueden combinar para usar la moneda como reserva de valor y medio de pago.
Una moneda digital internacional
La disponibilidad de una moneda digital internacional podría facilitar la sustitución de divisas en países en los que hay monedas inestables y sus fundamentos son débiles. Esto haría que sea más sencillo la sustitución parcial o total de sus monedas por la moneda digital que ofrecería pagos locales. Además, también serviría como vehículo de ahorro y como unidad de cuenta.
En el caso de que esto llegase a ser una realidad, se lograría fortalecer el estatus global de la moneda en la que se encuentra denominada la divisa digital; y al mismo tiempo podría reducir la autonomía de la política monetaria en este tipo de economías.
Por último, el documento lleva a prestar atención a los riesgos para la estabilidad que podrían surgir si un banco central no ofrece una moneda digital. En el documento se indica que se podría convertir en una preocupación que los pagos nacionales y transfronterizos estén dominados por parte de proveedores no locales.
Esto puede hacer que se amenace la estabilidad del sistema financiero, pero también que los comerciantes y los individuos sean vulnerables; lo serían frente a un pequeño número de proveedores dominantes que tengan un gran poder de mercado; y también atendiendo a la capacidad de los bancos centrales para cumplir su mandato de política monetaria.
La emisión de una CBDC ayuda a mantener la autonomía de los sistemas de pago a nivel nacional, así como su uso a nivel internacional. Así lo ha querido recalcar el Banco Central Europeo en su informe.
La realidad es que el Banco Central Europeo podría poner en circulación su euro digital en un periodo de 2 a 4 años. Este lanzamiento tendrá lugar en el momento en el que se finalice con todo el desarrollo y los preparativos de su lanzamiento.
