Invertir en un fondo de criptomonedas es una tendencia que últimamente se ha puesto en furor, y es que, al parecer, la diversificación de este tipo de activos es infinita.
Las divisas digitales gozan de un potencial que les hace liderar algo así como la llamada evolución financiera global, por ende, todos sus usos despiertan un interés particular, pues se relacionan inmediatamente con la posibilidad de obtener rendimientos sacando provecho de la tecnología.
¿Qué son los fondos de inversión de criptomonedas?
A diferencia de los fondos de inversión tradicionales, en este caso concreto, las carteras se encuentran conformadas por diferentes criptomonedas con lo cual, se establece algo así como una garantía que minimiza un poco los riesgos.
Puede ser uno o varios los inversores que se den a la tarea de asumir el rol de administrar el fondo y por regla general, se establecen dos grandes variantes: los fondos de capital de riesgo y los de cobertura.
Es preciso hacer la salvedad de que, en ocasiones, además de monedas digitales, se involucran otras divisas como el oro y distintos metales preciosos que se consideren pertinentes para el momento.
Siendo una nueva forma de inversión, este producto financiero se encuentra en auge, precisamente porque soluciona los acostumbrados inconvenientes de rentabilidad que acompañan a los productos emitidos por bancos.
Por lo anterior, el principio fundamental de asunto, es no centrar la inversión en algo único y concreto, en lugar de eso, se procura combatir riesgos a partir de la variedad de activos pertenecientes a la cartera.
Ventajas y riesgos
Considerado que recientemente se ha conocido que cada vez son más los inversores mayoristas que deciden hacer presencia en este mercado, un caso ilustrativo, es el de la empresa CrossTower con sede en Bermudas y el lanzamiento de un fondo de cobertura de bitcoin (BTC) para competir contra Bitcoin Trust (GBTC) de Grayscale. Se sabe que se han destinado 20 millones de dólares en activos bajo gestión de los primeros inversores, con un mínimo de compra establecida en 100.000 dólares.
Ahora bien, si se trata de puntualizar aspectos positivos de estos productos, habría que empezar por mencionar la amortiguación que se configura al combinar distintos activos, pues en el hipotético caso de que alguno no se comporte como se espera, los otros ayudarán a minimizar las pérdidas.
Por otra parte, aparece el fulgurante margen de rentabilidad que se encuentra de por medio y el poder prescindir de una inversión inicial masiva para quedarse con ganancias representativas.
Respecto a los posibles riesgos, se resalta lo indispensable de buscar asesoría con alguien experimentado para identificar perfectamente, cuál es ese fondo que posee los niveles de riesgo que el inversor se encuentra en capacidad de asumir.
Otro punto a revisar, son las políticas fiscales que se encuentren vigentes, ya que no todos los países cuentan con ellas y su existencia en ocasiones, es justamente lo que contribuye a la protección del inversor, especialmente cuando se trata de uno minorista.
Sin negar todos los pros, lo mejor es investigar e informarse para no dar pasos en falso y más cuando hay de por medio un capital.
