La evolución de la industria criptográfica va progresando a pasos agigantados, si bien parece discurrir en olas. La primera ola llegó con la creación de soluciones blockchain de capa uno e infraestructuras como Bitcoin y Ether. Una segunda ola llegó con el boom de las ICOs. A medida que esta va llegando a su fin, ha habido muchas especulaciones sobre cual será la tercera ola en este ámbito criptográfico.
Para algunas personas las STO y las IEO serían la próxima ola, mientras que otros apuestan por Plasma y las Lightning Network. Estas han demostrado ser soluciones críticas por la elevada congestión de la red; y además, las tarifas de gas de Ethereum siguen creciendo a diario. No obstante estas aún están muy lejos de ser soluciones actuales y convertirse en una nueva ola.
Además, existen otras soluciones en una capa cero como Cosmos y Poladot, que llegan a la misma categoría. Estas permitirían una mayor libertad de flujo de liquidez entre las redes y también poner fin a los problemas de congestión.
Después de ello llegó DeFi, que nació en un momento idóneo para llenar el vacío existente entre la decepción de las ICOs, con más de un 80% de estafas; permitiendo nuevas soluciones.
DeFi se caracteriza por ser una solución única que ofrece productos sintéticos que permiten a los inversores conservadores recibir intereses sobre las stablecoins, permitiendo a los traders apalancar sus actuales posiciones. Por sus características DeFi es la forma más pura de organización autónoma descentralizada.
DeFi, en dos formas diferentes
En un principio, DeFi se presentó en dos formas diferentes: productos sintéticos ee infraestructura de apoyo a los préstamos colaterizados.
En el mundo del DeFi, Compound es uno de los nombres más populares. Su solución de préstamo fue una de las primeras en empezar a ofrecer tokens de gobernanza a los usuarios. Desde que comenzase a distribuir los tokens de COMP a sus prestamistas en junio, la plataforma está en auge. Esto le ha llevado a estar en auge, incrementando su liquidez y convirtiéndose en la mayor aplicación de DeFi.
El token de COMP ha incrementado su valor de los 66 dóilares de comienzosa del mes de junio a casi 220 dólares a mediados de agosto. Dado el elevado número de tokens que se distribuyen a diario de COMP, es palpable su éxito.
El modelo de tokens de gobernanza está demostrado que es muy beneficioso para contribuir a la descentralización.
Por otro lado, se debe mencionar a Balancer (BAL). Aunque las tokens de BAL aún no se han emitido y distribuido, y pesar de su volatilidad, este token aumentó alrededor de 8 dólares a mediados de julio, para llegar a 34 dólares a finales del mes de agosto.
En este caso el token de gobernanza no estaba en el concepto original de Balancer, sino que fue introducido más tarde.
Hay que tener en cuenta que ambos proyectos tienen varias cosas en común, empezando por el sólido rendimiento a través de comisiones e intereses y que cuentan con un gran potencial para conseguir rendimientos exponenciales por medio de sus tokens de gobernanza.
