La rápida adopción de nuevas tecnologías y el desarrollo de diferentes servicios y productos de pago a nivel mundial suponen grandes desafíos para los reguladores y las instituciones del sector privado, ya que deben encargarse de que no se utilicen con fines ilícitos. Estos son, por ejemplo, el lavado del dinero o la financiación del terrorismo.
A lo largo de los últimos años ha crecido de forma significativa el número de criptomonedas y otros activos digitales. Algunos de estos llegaron junto a una inversión importante en la infraestructura de pagos basada en blockchain. Estas infraestructuras y protocolos de pago buscan ofrecer un nuevo método que permita las transacciones a través de internet o mediante redes descentralizadas.
A medida que la industria criptográfica y sus sistemas de pago vinculados han ido ganando presencia, las instituciones financieras y los órganos reguladores de todos los lugares del planeta están comprobando que se trata de del futuro de los sistemas de pago.
Sin embargo, también son conscientes de que se trata de una herramienta muy poderosa para los delincuentes, los terroristas y para quienes quieren evadir sanciones y/o almacenar fondos ilícitos.A pesar de que los beneficios del crimen en Europa a través de las criptomonedas es aún bajo (menos del 4%), se cree que irá aumentado rápidamente en los próximos años.
Por este motivo, el fenómeno de los activos virtuales ha hecho que las principales instituciones internacionales ha hayan abordado los activos digitales, así como las complicaciones y riesgos de blockchain, instituciones entre las cuales se encuentra la Autoridad Bancaria Europea (EBA).
Cripto-índice:
Riesgos potenciales de blockchain
Para el Banco Central Europeo las criptomonedas son “un dinero digital no regulado, que es emitido y que es controlado generalmente por sus desarrolladores, utilizado entre los miembros de una determinada comunidad virtual”.
En cualquier caso, se considera que es la representación digital de un valor con el que se puede negociar en el mundo digital y que puede funcionar como: medio de intercambio; y/o unidad de cuenta; o una reserva de valor, pero sin tener un estado de curso legal. Es decir, no es emitido ni garantizado por ninguna jurisdicción, ya que se trata de monedas descentralizadas gracias al uso de blockchain.
Al igual que ocurre con cualquier otro sistema de transmisión de dinero o servicio de pago, los activos digitales se pueden utilizar con usos legítimos, donde tiene grandes ventajas, entre las cuales se encuentra, por ejemplo, una mayor facilidad para los micropagos. Además, también puede llevar a muchos países a contar con una mayor inclusión financiera.
Sin embargo, la gran mayoría de estos activos digitales provocan que haya una serie de riesgos por sus características, entre las cuales se incluyen su anonimato, trazabilidad y la descentralización. Todo ello hace que tanto las instituciones financieras como la policía se puedan encontrar en una posición de indefensión ante el uso ilícito de las criptomonedas.
Además de los usos ilícitos, el uso de activos digitales a través de de redes blockchain tiene otros riesgos potenciales:
Colocación de los ingresos ilícitos
En el mundo de las criptomonedas es posible crear un número importante de billeteras de forma anónima o seudoanónimas, con un coste mínimo o incluso inexistente. Esto hace que se tenga un bajo riesgo para poder colocar rápidamente los ingresos derivados de actividades ilícitas.
Apariencia legítima
Otra de las complicaciones y riesgos de blockchain radica en la posibilidad de llevar a cabo intercambios inadecuados de activos virtuales, llegando a permitir que incluso los delincuentes puedan convertir los mismos en otros activos o en monedas fiduciarias. De esta manera, pueden llegar a dar una apariencia aparentemente legítima para sus fuentes de fondos.
Integración y riesgos en sectores no regulados
El adquirir este tipo de activos virtuales para la adquisición de bienes o servicios, de manera directa o tras convertir las criptomonedas en monedas fiduciarias, está facilitado cada vez más por los diferentes servicios que aceptan el pago con monedas digitales.
Esto provoca que haya una mayor liquidez en los mercados de los activos digitales, lo que al mismo tiempo facilita la posibilidad de que se integre a gran escala y abusar de inversores desprevenidos. Asimismo puede haber otros abusos relacionadas con las ICO y los activos digitales. Sobre todo, estos riesgos aumentarían de forma considerable en los sectores no regulados de los mercados de criptomonedas.
La complicación al respecto también radica en la evolución de la aceptación de los activos virtuales. Esto quiere decir que puede llegar a haber un momento en el que no sea necesario convertir las criptomonedas puesto que ya sean ampliamente utilizados y aceptados. Esto es un desafío, ya que reducirá el número de de puntos de contacto de las criptodivisas al no haber intermediarios. Por lo tanto, se limitarán las posibilidades de poder hacer frente a los riesgos del universo blockchain.
