La posición hostil de Bolivia con respecto al Bitcoin y otras criptomonedas, ha sido interpretada como una excepción a la regla, pues lo cierto es que con determinadas prevenciones de por medio, los países hispanos se han caracterizado por dar el sí a las divisas digitales.
La existencia de claras iniciativas enfocadas a eliminar el uso de criptoactivos en este territorio, han marcado la pauta para que actualmente esta clase de inversiones sean temas discretos. Sin embargo, la criptografía ha demostrado resistencia y es así como sale a luz, la defensa emitida por personalidades del blockchain que habían preferido pasar desapercibidas.
La lucha para que se revierta la decisión sobre criptomonedas
Contrario a lo que viene ocurriendo en la mayor parte de las naciones latinoamericas, desde el año 2014, Bolivia se ha dedicado a emitir resoluciones en las que deja conocer su rechazo hacia el uso de monedas que no se encuentran reguladas
Entre las razones de peso que condujeron a este camino, sobresalen las muchas estafas haciendo uso de criptomonedas que en cierto momento proliferaron y el consecuente objetivo de querer proteger a la pobación, las fuertes posiciones políticas que han debido acatarse y el hecho de que el gobierno no tuviera reparos en expresar lo siguiente:
“Es ilegal usar cualquier tipo de moneda que no es emitida y controlada por un gobierno o una entidad autorizada “.
Ahora bien, Mario Blacutt un ingeniero boliviano de blockchain, que tiempo atrás escondía su identidad y por tanto era identificado dentro de la comunidad únicamente como “Berzeck”, junto a otros desarrolladores y empresarios han manifestado que hay indicios de un cambio lento a propósito de la pérdida del poder de Evo Morales.
Blockchain resiste ante legislación boliviana
De acuerdo a lo planteado por el banco central en el 2014 expresamente, no se prohibió la posesión o el comercio de criptomonedas en los intercambios, simplemente se optó por limitar el pago de bienes y servicios con criptomonedas, lo que incluye el que los bancos puedan hacer presencia en las transacciones que las ocupan.
Según lo dicho por el ingeniero de sistemas Álvaro Guzmán, lo cierto es que, tras la implementación de la prohibición, empezaron a crearse una serie de redes que ponían todos sus esfuerzos en comerciar con efectivo bajo tierra, por lo que conseguían pasar desapercibidas para el gobierno.
De otro lado, el desarrollador de blockchain Huascar Miranda Martínez, indicó que los ciudadanos interesados en intercambiar bitcoins han optado por hacerlo en persona para garantizar un contacto cero con las entidades bancarias, por lo tanto, compradores y vendedores ocupan WhatsApp u otras redes sociales para acordar precios, o, por ejemplo, concretan encuentros en sitios públicos para el intercambio de direcciones de billeteras de bitcoins por dinero en efectivo.
A raíz de la crisis económica impulsada por la pandemia del covid-19, referentes del blockchain en Bolivia, se han dedicado a visibilizar su trabajo, para que la gente en primer lugar lo comprenda y posteriormente se facilite la normalidad frente a la posibilidad de comerciar con activos digitales.
